En 1976, Neil Armstrong, el primer hombre en pisar la Luna, se unió a una gigantesca expedición británico-ecuatoriana a la Cueva de los Tayos, en lo profundo del Amazonas. ¿Por qué se organizó una misión de semejante envergadura, y cuál era el interés británico en lo que pudiera hallarse en la cueva? Hoy, geólogos y miembros de disciplinas esotéricas ingresan en el masivo mundo subterráneo de Tayos para desentrañar sus enigmas. Sus visiones antagónicas mostrarán las razones por las que la cueva ha despertado pasión durante décadas.